Hacer equilibrio en el bordillo de la acera, romper el papel de los regalos, lamer la tapa de los yogures, mojar galletas de chocolate en leche caliente, comer nocilla con el dedo, dibujar figuras extrañas en un papel mientras hablas por teléfono, dormir cuando llueve, jugar a no pisar las líneas del suelo o sólo pisar las del mismo color, cuando me subía al carrito del super, ver que hay niños que hacen lo que tú hacías cuando eras pequeño, chupar una gominola hasta que desaparece, el olor a gasolina o el de los rotuladores permanentes, pisar hojas secas, hacer fotos a gente riéndose cuando quieren salir posando y tu les has hecho reír, el papel de las fotocopias cuando aún está caliente, el olor de los libros nuevos, tumbarme en la cama recién duchada con el albornoz puesto, pisar sólo la zona blanca de un paso de cebra, romper las hojas de los arboles en pedacitos cuando estás sentado en el césped o el día de antes de hacer un viaje, canturrear una canción de la que ni siquiera te sabes la letra, leer cosas vergonzosas de mi antiguo diario, terminar de leer mi libro favorito por décima vez...
Estas pequeñas cosas, aunque ahora parezcan tonterías... son las que nos hacen sonreír.
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